Durante los tres días de adaptación desde nuestra llegada en la comunidad, tuvimos tiempo para terminar de analizar las necesidades y concretar bien el proyecto. Era importante acudir a la primera reunión con las autoridades teniendo las ideas bien claras.
Así pues, después de una larga reunión desarrollando la trayectoria del proyecto, era la hora de plantear la idea a los protagonistas de la historia: los jóvenes. Estábamos seguros de nuestro trabajo pero no tranquilos al saber que aquello no era suficiente para que todo saliese como queríamos. Hacía falta transmitirles la misma ilusión que nosotros teníamos alrededor del Espacio Juvenil.
La primera asamblea contó con la Organización de la Pastoral y la Organización de Jóvenes, que fueron avisados por megafonía, siguiendo la tradición de la comunidad para advertir o recordar los temas importantes. Decidimos aprovechar estos dos órganos ya existentes que cuentan con gente implicada y motivada a la hora de desarrollar cualquier cosa de su interés, y el Espacio Juvenil lo era. Sus caras se iluminaron de ilusión al ofrecerles la oportunidad de poder construir desde cero lo que sería su espacio, un lugar exclusivo para ellos, con recursos y en condiciones adecuadas para organizarse y llevar a cabo sus intereses.
Su respuesta nos confirmó la necesidad de impulsar el proyecto, hecho por el cual todavía nos hizo creer más en lo que estábamos haciendo, sintiéndonos así, motivados para dar el próximo paso y afrontar los retos que estaban todavía por llegar.
⇒ Limpieza: Antes que nada se necesitaba habilitar el espacio y quitar todo el polvo, nidos y telarañas que durante muchos años habitaron en ésta sala.
⇒ Pintura: Una vez bien limpio, el grupo empieza a pintar con los colores que se decidieron conjuntamente en la asamblea.
⇒ Electricidad: No se podía pasar por alto contar con una buena instalación eléctrica.
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