La mayor isla en el mundo con dos volcanes y rodeada de agua dulce, fue nuestro último destino de Nicaragua. Sorprendentemente Ometepe es una de éstas 365 islas que se formaron en la explosión volcánica del Mombacho hace ya millones de años.
Sus dos imponentes volcanes, el Concepción (1610m) y el Maderas (1394m) nos acompañaron durante cinco días en los que pudimos recorrer sus faldas y contemplar, ésta vez desde abajo, sus diferencias y las espesas nubes que habitualmente cubren ambas cimas. En ésta ocasión nos tuvimos que conformar en apreciar los volcanes de lejos sin poderlos subir, aunque tuvimos la oportunidad de adentrarnos hasta la mitad del Maderas para presenciar el atractivo natural de la Cascada San Ramón. Una caída de cincuenta metros de agua que se encuentra en medio del volcán y que, a parte de su indiscutible belleza, sirve para generar energía abasteciendo a la parte de la población que vive en la falda del volcán.
Ésta isla de 276 km2 también destaca por su ambiente hospitalario y agradable que puedes ir encontrando a medida que avanzas por los senderos que bordean la isla del Lago Nicaragua, también nombrado "mar de agua dulce". Y es de entender, ya que cuando uno observa su inmensidad y bravura, es fácil imaginar que estás en medio del mar. Nos sorprendimos por su oleaje, atípico en un lugar al que le sueles atribuir aguas calmadas. También por su clima cambiante, pasando de la máxima tranquilidad de un aparente día soleado, a la fuerza del viento huracanado y la frescura del agua que de repente empieza a caer, dejándonos desconcertados y marchándose tan rápido como llegó.
mono Congo |
Como ya de costumbre, hemos apostado por largas caminatas para explorar la naturaleza de la isla, recorriendo las faldas de los volcanes y llegando al "charco verde" visitando también su mágico mariposario. Senderos de interior y otros recorriendo el borde del lago nos han verificado una vez más que caminar es la mejor forma de encontrar la parte más salvaje y menos contaminada por la presencia humana.
falda volcán Concepción |
En los alrededores de los caminos nos acompañaba la presencia de vacas y caballos, y por delante nuestro veíamos gran cantidad de reptiles y anfibios que se escondían hacia los bordes del camino adentrándose en el espeso bosque al ritmo que avanzaban nuestros pasos. Lo mismo pasaba por vía aérea con las aves y los esquiroles alejándose de nuestra presencia y perdiéndose en las alturas. Todos juntos hacían que el paseo fuese como un juego trepidante al intentar avanzar silenciosamente para poder captar la imagen y observar detenidamente la riqueza de la isla y sus peculiaridades.
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