lunes, 18 de junio de 2018

LOJA: ciudad de la cultura y el arte


Más hacia el sur se encontraba nuestra próxima y última parada en Ecuador antes de cruzar la frontera hacia Perú.

La Inmaculada Concepción de Loja es un lugar muy peculiar ya que destaca por varios motivos; Se trata de una ciudad fundada dos veces, primero  en el Valle de Garrochamba (actual Catamayo) y después en 1548 por Alonso de Mercadillo, lugar donde ahora está situada. Es curioso saber que durante un tiempo, éste motor económico del país se cansó de las discordancias con su gobierno y hasta llegó a ser Loja Federal, auto gestionada e independiente. Una ciudad  a día de hoy referente en ecología por sus bajos niveles de contaminación, por sus parques y zonas verdes, y por ser la primera de Ecuador con contar con energía eléctrica des de 1897. También es conocida por su exquisito café, el mas valorado del país.


Parque Jipiro
Y por si fuera poco en ser cabecera, ésta emblemática ciudad sobretodo es conocida como la CAPITAL MUSICAL y CULTURAL de Ecuador. 


Puerta de la ciudad
Destaca a nivel arquitectónico por su importante influencia española de arquitectura colonial, caracterizada por grandes ventanales y balcones de madera. También la huella de la colonización está presente en cada una de las iglesias que se presentan, siempre bien frecuentadas por sus habitantes.


Calle Lourdes
Parque de la Independencia
Además, Loja es la cuna del arte por ser lugar de nacimiento de muchos personajes ilustres de Ecuador, ya sea músicos o grandes escritores como Pablo Palacio o Miguel Riofrío. A día de hoy el arte sigue latiendo hacia todo el país, incluso tienen un día donde artistas locales y también de otras provincias, pueden actuar en el escenario de la plaza de la Independencia gratuitamente, dando  nombre a los "Jueves culturales" y animando las noches con música y baile.



Pero también pueden conocerse otras miradas artísticas a través de la pintura con artistas como Edwin  Bermeo, quien desde su taller "el Grito" trabaja a mano del surrealismo para mostrar una crítica social estampada coloridamente en sus lienzos. 



Gracias a él, también pudimos conocer una de las mejores academias alternativas de artistas de Loja, en un lugar bien peculiar. El "Centro de Rehabilitación Social el Cisne" es lo que nosotros llamaríamos "centro penitenciario" o mas estigmatizado todavía "cárcel". Y es bien fácil entender cuál es el medio de rehabilitación cuando entras allí. 

Arte entre rejas

Tuvimos la oportunidad de acompañar a Edwin en una de sus clases de pintura, y de ese modo conocer otros talentos artísticos de la ciudad, ver el funcionamiento del lugar, así como explicarles nuestras experiencias de arte en un centro penitenciario de nuestro país. La clase fue muy interesante, pero lo realmente sorprendente fue lo que encontramos fuera del aula.

Nos ofrecieron dar una vuelta por lo que ellos llaman "la ciudad" la zona donde se encuentra el patio, los pabellones (conformados por las celdas), las tiendas de pan y café y lo mas importante: los talleres.

No negaremos que nos daba un poco de respeto. De hecho, al salir del aula la tensión estaba bien presente, en el patio se podía sentir como las miradas de los internos se nos clavaban por todas partes. Pero... ¿qué cosa mas normal no? Estábamos entrando en su espacio, en su casa... ¿Qué hacían dos extranjeros en un lugar así un sábado por la mañana? Las miradas seguían presentes a medida que íbamos avanzando y casualmente el propio grupo con el que caminábamos hizo un pequeño y espontáneo círculo alrededor de Marta, como si de alguna forma trataran de amortiguar esas miradas.

Después de pasar la zona del boley (deporte omnipresente en todas partes del país) llegamos a la "tiendita "y nos invitaron a un café mientras las barreras se iban rompiendo, algunos se iban acercando y empiezaron a ampliarse las conversaciones. Por nuestra parte, esa sensación un tanto tensa e incómoda en un inicio, se transformó en sorpresa al darnos cuenta de todo lo que nos rodeaba, sintiendo que a pesar de no ver ni un funcionario, estábamos cómodos en un ambiente bastante familiar.

Un hombre nos ofreció, muy amablemente, acompañarle para mostrarnos otras partes del patio, allí donde se esconde ese talento oculto que se desarrolla día a día sin ningún tipo de formación o acompañamiento profesional. Empezamos a recorrer todos los talleres donde de forma totalmente autónoma y autogestionada, los internos trabajan diferentes estilos y materiales para crear obras y venderlas. Generalmente encontramos trabajos en madera, realizando espectaculares obras como cochecitos, barcos, alcancías, cajitas, tocadores y hasta muebles. Pero también jarrones de yeso decorados con cáscara de huevo molida, o figuras de animales creadas mediante la dedicación de doblar y unir papeles diminutos.  El caso es que por todas partes había grandes artistas, cada uno trabajando en sus proyectos y presentándonos sus obras, usando herramientas, gestionando los materiales, todo sin ningún conflicto y sin supervisión profesional alguna. En realidad era más parecido a un barrio que a una "cárcel" y siguiendo la ruta hasta las habitaciones (celdas) pudimos contemplar un ambiente muy agradable donde las visitas de los familiares se realizaban libremente, compartiendo comida en los pasillos o dando un paseo por el patio.

Qué gran aprendizaje nos llevamos de aquel lugar... Lástima que el programa "encarcelados" se olvide de mostrar esta cara de los centros penitenciarios de Latinoamérica, centrándose únicamente en el morbo y lo sensacionalista de los peores lugares, eso sí, siempre lejos del nuestro.

Gracias Edwin por esta oportunidad de conocer el arte mas undergrownd, a Jonathan por explicarnos cada detalle de ésta ciudad con tanta historia, y a Mari y Kelly por acompañarnos en las noches más filosóficas!


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