jueves, 31 de mayo de 2018

BAÑOS: la puerta de entrada a Oriente



Primero fueron los viajeros que hacían la ruta hacia el norte y después los mismos ecuatorianos los que nos recomendaron el siguiente destino.

"Baños de agua Santa" es una ciudad emmurallada de montañas. Casi parece que esté colocada intencionadamente a sus pies, aprovechando todos los espacios hasta toparse con estas grandes paredes y el caudaloso río que recoge todas las aguas que las inmensas y verdes montañas dejan caer.



Y qué mejor forma de conocer sus alrededores que siguiendo el río Pastaza en bicicleta por ese cañón, parando para ver la multitud de cascadas que van cargando con ímpetu el caudal del río. 




Pero durante el camino también había otros atractivos que permitían otras formas de convivir con ese lindo paisaje y que nos tentaban a detenernos constantemente. Resulta que un gran atractivo de Baños es la cantidad de actividades de aventura que puedes realizar, ya sea llegando a cualquier de los miradores que ofrecen sus montañas, subiendo al volcán Tunguraha, o bien siguiendo la carretera del río y elegir cualquiera de las actividades que  se ofrecen como canopy, zip-line, puentes tibetanos, bola loca... Realmente muy tentador y ni siquiera nosotros (que tendemos a decir que no a todo) no nos pudimos resistir. Nos conquistó un zip-line de un km para sobre volar el río a casi 80km/h! 



La ruta en bicicleta fue genial porque pudimos recorrer el cañón con espectaculares vistas y hasta pegarnos un buen chute de adrenalina a medio camino, pero en realidad la meta era llegar a las cascada de Río Verde, o más conocida como Pailón del Diablo. 

Allí pudimos contemplar una caída de 80m con una fuerza realmente sobrenatural que pudimos contemplar desde todas las perspectivas. Y quien sabe si era el sonido del agua estallando contra sí misma de forma continua, el vapor que te refrescaba por completo, o el precioso arco iris que se formaba al final de su caída lo que hacían del sitio era un lugar muy especial.


Además "Baños de agua Santa" no recibe su nombre al azahar, pues si algo bueno tiene un país de volcanes, a parte de poder subirlos, es contar con aguas termales dónde poder pegarte un buen baño relajante (aunque también nos costó un buen susto).

La ciudad del agua termal, de los deportes de aventura y también puerta de entrada a Oriente, aunque no pretendíamos abrirla hasta que Fabián apareció para ofrecernos su casa en Tena. Él y sus papás (Celio y María) volvieron a reafirmar que la hospitalidad del pueblo ecuatoriano es más que presente. Es constante, omnipresente, en todas partes, pero sobretodo es de corazón. 

Gracias Fabián por abrirnos tu casa sin apenas conocernos y a tus papás por esos momentos juntos y esos dulces típicos tan espectaculares!! Esperamos el reencuentro en Barcelona!



UNA PINCELADA DE AMAZONÍA

Dejamos la provincia de Tungurahua para ir a la de Napo, una de las que conforman la Amazonía Ecuatoriana. Generalmente la selva amazónica tiende a asociarse a Brasil, pero en realidad son nueve los países que dan vida al bosque tropical más extenso del mundo, tratándose de hasta 7 millones de km2. 

Nuestra idea era conocerla desde Perú pero Baños estaba rozando sus árboles y junto con la oferta de Fabián no podíamos dejar pasar la oportunidad. 



Pero a pesar de que las ganas estaban bien alimentadas para conocer las tierras de Oriente, a veces las circunstancias no acompañan, ya sea por el mal tiempo, la salud, o trámites a arreglar que se hacen realmente fatigosos desde la distancia. La cuestión es que no nos acompañó demasiado la buena energía que nos venía acompañando en el viaje y no pudimos disfrutar de la zona como nos habría gustado. 





No obstante, pudimos hacer una pequeña degustación de lo que es la Amazonía conociendo los alrededores de Misaguallí, adentrándonos en una de sus lagunas para ver gran variedad de increíbles aves como el Hoatzin (ave prehistórica), conocer al diminuto mono ardilla de no más de 30cm, adentrarnos en el parque Natural "Jatun Sacha" caminando bajo la lluvia. 




Y también Sebastián nos compartió sus conocimientos mientras nos mostraba la gran variedad de plantas medicinales que puede sanar desde heridas hasta la diabetes. También las técnicas de pesca que se usaban (y todavía hoy en algunas regiones), así como las trampas que se construían en la selva para cazar sus presas. Y por último nos ayudó a romper con esa "mala racha", aprovechando sus dotes de Chamán para hacernos una limpieza espiritual. 




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domingo, 27 de mayo de 2018

PROVINCIA DEL COTOPAXI: la gran familia de la Sierra


Una vez dejamos atrás la provincia de Pinchincha nos dirigimos a explorar una de las provincias de la Sierra más visitada debido a sus grandes atractivos. Cotopaxi es uno de los motores administrativos y económicos del centro de Ecuador, siendo Latacunga la capital en donde nos ubicamos para empezar a conocer una pequeña parte de este rico territorio. 


Nuestro objetivo inicial fue coronar el volcán Rumuñahui, ya que desde su cumbre se podía contemplar la grandeza del volcán Cotopaxi, uno de los volcanes más representativos de los Andes. Pero una vez más el tiempo nos condicionó poder ni tan siquiera empezar la ruta, así que, decidimos cambiar planes e intentar llegar hasta el refugio del Cotopaxi.



Realmente fue una alternativa un tanto amarga al principio pero que poco a poco fue endulzándose al permitirnos contemplar esa inmensa cordillera que hace de Ecuador un lugar maravilloso. El frío, la nieve, el viento y la niebla no impidió que pudiésemos llegar a este refugio ubicado a 4800 metros. Aunque no pudimos contemplar la fuerza del Cotopaxi sí la pudimos sentir y realmente impresiona incluso sin poderlo ver con toda su inmensidad. Por suerte, en el regreso el clima nos dejo observarlo durante y pequeño tiempo, lo suficiente para poder juzgar su grandeza y fuera.



Pero el objetivo de visitar esa provincia no solo era experimentar la sensación al subir uno de los tantos volcanes que tiene Ecuador. El motivo de dirigirnos hacia Cotopaxi también era conocer de cerca la comunidad de Cuturiví Grande, un pequeño lugar ubicado cerca del páramo de Pujili y en donde sus habitantes pertenecen a la cultura Kichwa. Allí residia una pequeña y humilde familia con quien conviviríamos durante tres días. Si por algo se caracteriza Ecuador es por conservar esas culturas pre incas que enriquezen aún más su país. Por fortuna, tuvimos la oportunidad de poder vivir de primera mano sus costumbres y tradiciones. Su temperamento tranquilo y reservado nos recordó a la comunidad maya de Guatemala. Gente dedicada a la agricultura y la ganadería, con grandes conocimientos sobre su tierra, destacando por su generosidad y hospitalidad.



Durante estos días Lucía y Roberto nos quisieron enseñar todo lo que pudieron sobre su tierra, siempre con una noble sonrisa compartimos inolvidables momentos dando de comer a sus peludas ovejas y ese curioso animal llamado llama, una mezcla parecida entre camello y oveja. Así mismo dimos de comer al cuy, un animal que para nosotros es de compañía pero en cambio, para ellos, es un animal bien sabroso y saludable. Cabe decir que Lucía nos ofreció la posibilidad de probarlo, así que aceptamos con curiosidad probar este roedor que sus ancestros utilizaban para diagnosticar enfermedades y eliminar las malas energías adquiridas. También dejamos tiempo para recolectar el acompañamiento de nuestro almuerzo, unas ricas y sabrosas habas que en esta  época están en la mayoría de comidas. No solo fue trabajo de campo lo que compartimos, sino que también tuvimos tiempo para conocer el páramo que hay sobre Cuturiví, una explanada inmensa en la que cuidan los toros bravos de la comunidad desde hace muchos años y que venden en las famosas corridas del país.

  




Desde la comunidad, a dos horas de camino, teníamos el gran lago Quilotoa. Una caldera de 3 kilómetros de ancho y 250 de profundidad que se formó por la erupción de este volcán y que ofrece debido a los minerales de su agua diferentes tonalidades de verde. Lo bonito de este día no solo fue contemplar esta maravilla natural, sino compartir todo el trayecto con Walter, un transportista que nos ofreció acompañarle y recorrer todo el páramo mientras nos explicaba las curiosidades del lugar. Gracias por todo Walter! Y sobretodo, gracias por esta rica fritada!!!





Por otro lado, no podemos dejar de hablar en esta entrada de Eugenia, Ricardo y Pepe. Unos amigos que Roberto nos presentó el primer día que llegamos en Pujili y con los que también hicímos una gran amistad. Con ellos compartimos largas charlas acompañadas de rico queso, pan y el licor de manzana artesano que Ricardo preparaba para las ocasiones especiales. Y que decir, aquellas dos tardes que compartimos lo fueron!!! En la mesa no solo hicimos aquello de "arreglar el mundo" sino que también tuvimos la suerte es escuchar sobre la historia del país, desde los siglos de los siglos hasta la actualidad, y sobre mil y una anecdotas que Ricardo guardaba en su memoria.




En el fondo, de la provincia de la Sierra nos llevamos algo más que paisajes espectaculares, es más, ellos durante estos días han pasado en un segundo plano. En el recuerdo más profundo guardamos a estas dos familias que nos han acompañado durante estos cortos pero intensos días. Nos sentimos afortunados por conocer a grandes personas de las aprendimos historia y valores y por todo ello sentimos nostalgia al despedirnos e ilusión de podernos volver a verles.



lunes, 21 de mayo de 2018

ILLINIZA NORTE (5126m): buscando nuevos retos



Siempre nos ha gustado la montaña pero sin ir más allá de largas caminatas y algún que otro piquillo, desconociendo por completo todo lo que hay detrás del mundo de la alta montaña y por supuesto mucho menos del alpinismo. Pero eso no significa que no nos llamara la atención, y que no sintiéramos verdadera  y curiosidad cuando algun@s de nuestr@s amig@s nos han contado increíbles experiencias tratando de coronar cimas verdaderamente respetables.

La tentación de descubrir eso en nuestra propia persona, las ganas de superación constantes y el hecho de encontrarnos en la cordillera mas larga de la tierra hacían que cada vez el reto estuviera mas cerca.Y por si todavía quedaba alguna duda, nuestro nuevo y gran amigo Ishe nos lo puso en bandeja  no poder decir no: con el equipo encima de la mesa nos ofreció una salida de un día con él, Bacha y sus amigos del grupo de andinistas (alpinistas de los Andes) para conocer al volcán que después de su erupción dejó dos preciosas cimas para elegir: Illiniza Norte (5126m) e Illiniza Sur (5263m).


Y así nos vimos metidos en un nuevo reto que esta vez nos daba realmente respeto. Pero las ganas ayudaron a concienciarnos hasta que el sábado salíamos a las 4h de la madrugada con el objetivo de coronar el Illiniza Norte que ya habíamos visto en una exposición de arte en la casa de la Cultura de Quito y que para nada esperábamos conocer.

Un buen equipo de siete con mayoría femenina, todos amigos, un día soleado y las cimas de ambos picos despejadas, todo estaba a nuestro favor, aunque un poco justos de tiempo iniciando el ascenso a las 10h de la mañana.


El ritmo empezó muy bueno, subiendo todos a una, paradas rápidas y buen humor colectivo. La primera parte era bastante llevadera, todavía con vegetación de Páramo, suelo firme y con una inclinación relativamente fácil.

Chuquiragua (flor de los Andes)


Después vino el momento de tomar la decisión: seguir el camino por el refugio, más largo y más hielo pero menos inclinado, o subir por el arenal con menos tiempo y hielo pero con un terreno resbaladizo por la soltura de la tierra árida.

Decidimos subir por el Arenal y allí se empezó a complicar la cosa. El tiempo atmosférico seguía acompañando, la energía de la montaña y del grupo era muy buena, pero el desnivel ya era considerable y cada vez mas se iba notando como la altura alteraba nuestro cuerpo totalmente desacostumbrado.


Los primeros síntomas ya habían salido en el inicio cuando de golpe la barriga se llenaba de gas y apretaba avisando que debía ser liberado, era incómodo pero de fácil solución, siempre y cuando se avisara al de detrás. Después ese movimiento iba subiendo hacia el estómago, creando una sensación de mareo y malestar. A eso se le sumaba un dolor de cabeza y la angustiosa sensación de asfixia, siendo cada vez más costoso respirar con normalidad.

Realmente una sensación bien extraña pero que nos recuerda que igual que no estamos hechos para vivir debajo del agua, tampoco en altitudes tan altas, como tampoco lo hacen árboles ni plantas. Y más teniendo en cuenta que no habíamos hecho aclimatación previa (subiendo otros montes algo menores antes o bien dividiendo el ascenso en dos días y haciendo noche en el refugio). El caso es que podíamos lograrlo, sólo había que tratar de normalizar las anomalías físicas y estimular nuestra mente hacia lo positivo.



Como bien decían nuestros compañeros, la posibilidad de llegar a la cima alberga un porcentaje mayor en la fuerza psíquica que en la condición física, así que todo era cuestión de actitud. Sería realmente interesante poder escuchar los diálogos interiores de los grandes alpinistas porque seguro que tod@s hemos tenido importantes charlas con nosotr@s mismos cuando nos enfrentamos a una cima. Ahora más que nunca, admirábamos a aquellos capaces de llegar a 8000m.

Una vez pasado el Arenal, empezaba  la parte de grimpar un poco por las rocas mientras tratábamos de esquivar la nieve, que era más de la esperada.



Pero lo que debía ser un ascenso casi de senderismo sin mayor complicación técnica, se convirtió en un desafío que requería material que no llevábamos, un temporal cada vez más bravo nos advertía en replantearnos la cumbre. Apenas quedaban unos 100 metros para coronarla, pero también era la parte mas peligrosa que podía demorarse una hora en subir y dos en bajar. Además había llegado la "hora de queda" y el grosor de nieve con viento helado y niebla espesa predecían que en poco tiempo podía convertirse todo en hielo, un arma demasiado fuerte para botas sin grampones.


La decisión estaba clara. En un primer momento la frustración se apoderó de nosotros. Después de haber peleado tanto y no poder llegar nos hizo sentir un tanto decepcionados, pero después reaccionamos y tratamos de evadir ese sentimiento y hacernos conscientes de lo importante. Tal vez no hicimos cumbre pero llegamos a los 5000m. Mucho más alto que cualquiera de las montañas de nuestro país y mucho más de lo que habríamos imaginado hacía un tiempo atrás.

Así es la montaña, ella decide quien sube y quien no. Ella pone las normas y desafiarlas es ir contra las leyes de la naturaleza con la que siempre seremos obviamente mas vulnerables.

Como dijo Roger Baxter -Jones: "Regresad vivos, regresad como amigos, Llegad a la cumbre. Por ese orden." Quizás la tercera no se ha cumplido (todavía) pero ahora estamos mas vivos que nunca y con cinco amigos más!

Una vez más gracias Ishe y compañía por ofrecernos esta experiencia y enseñarnos tantas cosas del mundo del alpinismo. Hoy somos un poco menos ignorantes y un poco más ambiciosos! Jejeje ¡a seguir siempre arriba!


domingo, 20 de mayo de 2018

QUITO: en el centro del mundo


No podríamos haber tenido mejor recibida al llegar a la capital ecuatoriana:

"Los amigos de mis amigos, son mis amigos"

Bien cierto, Ishe ya nos estaba esperando en la terminal para acompañarnos hasta su casa, donde él y Maya iban a recibirnos durante unos días. Y a pesar de que íbamos advertidos de que encontraríamos a una gran persona, no esperábamos conectar de ese modo y estar realmente tan a gusto en su hogar. Poder hablar nuestra lengua, ver nuestra bandera en la pared y hasta comentar anécdotas de la gente del pueblo que habíamos compartido sin saberlo durante 15 años, nos hacía sentir más que como en casa.



Y rápido pasó la semana descubriendo Quito y sus alrededores. La primera capital de América del Sud y también la primera declarada Patrimonio de la Humanidad (junto a Cracovia), tiene grandes cosas que ofrecer.




Quito cuenta con gran cantidad de parques verdes bien ambientados donde pasear,  encontrarse con los amigos, descansar, comprar artesanías o comerse un dulce mientras se escucha la música clásica de los grandes artistas de calle.



Su casco antiguo representa la parte colonial y ofrece un buen paseo por sus calles peatonales que recorren las muchas construcciones eclesiásticas entre conventos, basílicas iglesias y catedrales.

Basílica del voto Nacional

Iglesia de San Francisco











Otra cosa que destaca de la ciudad es su riqueza cultural. En un mismo día tuvimos la suerte de asistir a tres exposiciones de arte bien distintas entre sí, dos en la casa de la cultura y otra en el  museo Nacional.

La primera era una crítica a pincel sobre como el hombre está auto-destruyéndose acabando con la propia naturaleza, la segunda era una exposición fotográfica de los increíbles paisajes de la alta montaña andinista. La última combinaba distintos elementos con el objetivo de reivindicar los derechos de los pueblos indígenas.



Y lo mejor de Quito es que es una gran ciudad pero rodeada de enormes montañas y volcanes. El Pululahua queda a poco mas de una hora de la ciudad. Es un volcán activo que en su última erupción dejó un enorme y hundido cráter, el cual a pesar de poder erosionar en cualquier momento, en él viven mas de 50 familias. Hablamos de la primera reserva geobiológica de Ecuador que presenta una gran agricultura debido a la riqueza de la tierra fértil por su elevada proporción de ceniza. 


Pero lo que verdaderamente destaca de la capital ecuatoriana es su posición geográfica en cuanto a la latitud de la Tierra. A menos de veinte kilómetros del centro de la capital se encuentra la ciudad "Mitad del Mundo" y el nombre que recibe ya no debe ser un misterio... Allí se encuentra el punto exacto por donde pasa la línea ecuatorial (de allí el nombre) y donde se puede encontrar el monumento que le hace referencia. 


A pesar de que la "verdadera" mitad del mundo está en una colina contigua al monumento, éste nos ofreció una bienvenida al país a través de los museos que nos acercaron a la etnografía indígena de Ecuador, conociendo desde las casas, los vestidos, la cocina, las tradiciones... De un país muy rico por su diversidad, donde se distinguen principalmente tres zonas: Occidente (Amazonía), Sierra (Andes) y Costa (donde también están las conocidas Islas Galápagos).

Hasta una semana pasamos en la ciudad para conocer el centro y sus alrededores, descansar, limpiar ropa y coser descosidos, pero en realidad los días pasaron rápido porque las noches se alargaban con la llegada de Ishe en la casa. Hacer pizzas caseras, trasnochar conversando sobre nuestra tierra y sobre el alpinismo, comiendo bombones, jugando a dardos, a pocker, ¡¡¡hasta bailamos disfrazados!!! Muchas risas en ese apartamento tan acogedor de Carcelén Bajo... ¡¡les pròximes a Catalunya!!



Gracias por tu hospitalidad y por presentarnos a tus papás, una pareja maravillosa que nos gustaría también ver de nuevo. 



martes, 15 de mayo de 2018

TULCÁN: primera parada de Ecuador!



Después de 15 horas de bus y 9 horas de esperas interminables entre la frontera de Colombia y Ecuador decidimos hacer parada en Tulcán, el primer pueblo de Ecuador que nos recibió de manera improvisada. Un adjetivo que a veces puede dar pie a experiencias que mejor olvidar, pero que por el contrario, también puede brindar sorpresas bien gratas. 

Esto es lo que nos ocurrió en la capital de la provincia de Carchi y una de las ciudades más altas del país (2980 m.). Sin saberlo nos encontrábamos en medio de una de las maravillas del país, declarada Patrimonio Cultural de la Nación, por ser una de las mejores obras artísticas a nivel mundial en la llamada técnica topiaria (poda ornamental o arte de podar de manera artística setos y árboles de ciprés). 




Lo curioso de todo ello es el lugar en el que se úbica esta obra de arte, siendo un cementerio, el sitio en el que José María Azael Franco Guerrero en 1936 decidió empezar tal proyecto. Una idea basada en la representación de diferentes figuras con variadas formas representativas de la flora y fauna del Ecuador y de las culturas romanas, griega, inca, azteca y egipcia. Lo profundo, es que en su conjunto, hacen de un lugar silencioso y de pena, un sitio con vida y gran belleza.