jueves, 13 de septiembre de 2018

GRACIAS POR TODO LATINOAMÉRICA



Con un profundo suspiro de nostalgia nos vamos de Santiago de Chile, dejando América Latina atrás para iniciar una nueva y trepidante ruta por el sud-este asiático. Pero a pesar de la ilusión del nuevo reto, no podemos obviar la tristeza que hay dentro de nosotros por dejar estas tierras que nos han recibido de la forma más grata para hacernos sentir realmente como en casa.

Cuba, México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile. Doce países que hemos recorrido en un año y medio tratando de explorar la mayor parte de sus tierras pero sobretodo con el objetivo de conocer la vida de las personas que viven en cada uno de esos lugares para CONVIVIR y sacar el máximo provecho de la experiencia.


Después de tanto tiempo, para nosotros ya no son doce destinos, para nosotros son como aquella imagen que queda al ver un rompecabezas completado. Varias piezas suficiente distintas entre ellas pero que al unirse configuran una única pieza donde se agrupan todas esas diversidades.

Seguramente esta sensación llega en motivo de que a pesar de que al cruzar cada frontera haya cambiado el clima, la moneda, los platos tradicionales, o los rasgos físicos, hay un patrón muy parecido en todos estos países que si bien cambia, depende más de las zonas (rurales, costeñas, selváticas, andinas o de ciudad) que del país en sí. Tratábamos de extrapolarlo a Europa y la respuesta era bien distinta pues allí las fronteras marcan muchísimo mas las diferencias culturales y de carácter, pero sobretodo en Europa las diferencias vienen muy marcadas por el idioma. Algo que es una riqueza increíble para la diversidad de identidades culturales, algunas veces también supone una barrera.

Y es que, a pesar de las muchísimas lenguas indígenas que por suerte todavía se preservan en América Latina, en todos los países por los que hemos pasado nos hemos podido entender, quizás por la única secuela positiva de la colonización: el castellano. Tenemos que reconocer que si no hubiéramos compartido idioma, nunca hubiéramos podido conectar tanto con las personas locales. También el carácter en algunas zonas era tan parecido que muchas veces nos sentíamos mas parecidos a los latinos que a otros europeos.

No se puede obviar que, a pesar de que ya hace más de 500 años, la colonización ha tenido grandes consecuencias en la América de hoy, más allá de la lengua. De hecho, muchas veces las raíces de aquella época son mas visibles en las culturas latinas que en las nuestras, se percibe fácilmente en algunas vestimentas como la de las "cholas" o sobretodo con la general inclinación hacia la religión católica.

Obviamente el tema de la colonización española ha sido un hilo de conversación que nos ha acompañado en todos los países por los que hemos pasado, pues todos ellos fueron víctimas de tal masacre. Y a pesar de nuestro mayor desprecio y vergüenza por lo que hicieron aquellos animales, las visiones al respecto desde el otro lado también han sido muy variadas. Desde gente que agradece (a pesar de los métodos) ese cambio antropológico para su cultura, entendiendo que la llegada de las carabelas también fue la llegada de muchas otras cosas, hasta otros pocos que nos hicieron sentir como si nosotros fuéramos esos colones que nunca hemos conocido ni tampoco apoyado. Muchas perspectivas de un largo y deshumanizado proceso donde la sed de poder y la avaricia de conquista terminaron brutalmente con la vida de muchas personas y donde la imposición de una lengua, una religión y unas costumbres terminaron con algunas de las culturas mas representativas de la historia de la humanidad. 

Lo que si es cierto es que hay un cruce de culturas en nuestra historia, y aunque no fue de la forma mas amigable, el producto de hoy día es una conexión humana que nos ha ofrecido grandes relaciones que no terminan sólo en esa despedida. Durante éste tiempo hemos conocido a muchísimas personas que nos han enseñado todo lo que han podido acerca de su forma de vida, personas que nos han abierto las puertas de su casa y que nos han hecho derramar mas de una lágrima después de despedirnos. A veces, lágrimas de agradecimiento por la simple emoción de haberlos conocido, y otras veces porque las circunstancias evidencian que lo mas probable es que no volvamos a abrazarnos jamás. Pero así fluyen las relaciones de un viaje como este, tan intensas como pasajeras y en las que tu gente de siempre está tan lejos, que la persona que tienes al lado se convierte en algo más que tu pareja, pues es también tu mejor amig@, tu madre, tu confesor@, tu enfermer@... Es la mano que te acompaña en la aventura y aquella que te levanta cuando hay algún tropiezo. Es tu espejo cuando tantas veces no encuentras uno y es el tintero con quien escribes esta historia.

Una de las cosas que admiramos del pueblo latino es su espíritu luchador, su afán de cambio y la movilización social para conseguirlo. Y cómo ese espíritu ha ido viajando también por esas tierras con una oleada de movimiento revolucionario que ha ido dejando huella a cada paso. Desde la revolución Cubana, los zapatistas en México, las CPR de Guatemala o la Nicaragua Sandinista... O grades líderes que hemos ido conociendo mas profundamente pero que sus nombres resuenan a nivel mundial como Simon Bolivar, Che Guevara, Fidel Castro, Sandino, Fujimori, Chávez, Maduro, Evo Morales... Líderes de un perfil bastante similar que, a nuestro pensar, han aparecido en los momentos más complicados de un país con afán de producir un gran cambio con una base sólida de ideas socialistas muy positivas pero que, algunas veces, ese cambio ha dado la vuelta y ha vuelto a dejar el pueblo desnudo, y también algunas veces, tal ropa se la ha quedado puesta el mismo líder.

La corrupción es jodidamente transversal en todos los lugares pero si que es cierto que juega diferentes cartas. Nosotros vivimos en un aparente "sistema de bienestar" que nos hace creer libres en una falsa democracia. En América latina el juego tiene más que ver con líderes que difunden una posición muy polarizada en sus pueblos, siempre encuentras a gente que está muy a favor, o gente que está muy en contra. Luego también hay un sector importante que no tiene mayor interés, o tal vez conocimiento, y que simplemente es víctima de la compra de votos, pues cuando no hay para comer, el pan de hoy quita la preocupación hasta mañana.

Otro factor que tiene en común todo Latinoamérica es la gran riqueza paisajística que encuentras y que no consigue cansarte porque cada uno de sus rincones son únicos: islas, cascadas, cenotes, playas de arena blanca, acantilados de roca, desiertos de dunas, desiertos áridos de tierra y desiertos de sal, selva, bosque húmedo y bosque seco, ríos, pozas y lagunas de todos los colores, montañas y volcanes, el paradisíaco mar caribe y el inmenso océano atlántico. Y sin olvidarnos de la gran cordillera de los Andes, con picos de más de seis mil metros, se extiende como la espina dorsal que atraviesa todo Sudamérica, acompañándonos en el viaje desde Colombia hasta Chile.



Y todo esta biodiversidad también incluye la multitud de especies que habitan en este territorio. Desde el ave más diminuta y colorida, el colibrí, un pájaro de colores brillantes que nos ha acompañado absolutamente por todos los países y que jamás veremos fuera del continente americano, hasta el cóndor, el enorme pájaro que recorre los cañones de los andes, pasando por los pelícanos muy frecuentados en las costas y despidiéndonos con los rosados flamencos en las lagunas mas altas de Bolivia. 


Cantidad de peces coloridos bailando entre variados corales y especies marinas que jamás habíamos visto, como ballenas, delfines orca, tortugas, lobos marinos o pingüinos! 


En tierra muchísimas especies de monos, los tiernos perezosos, mapaches y hasta algún armadillo. Y en el río cocodrilos, caimanes y aligatores, pirañas y capibaras!


Realmente un espectáculo natural que nos ha hipnotizado durante todo este tiempo aunque también nos ha dejado una astilla clavada por la pésima participación del hombre que es capaz de convertir el romance en drama. La huella humana es presente en su peor forma devastando poco a poco toda esta riqueza. Lugares increíbles que empiezan con un bello paisaje y terminan con un desguace de plásticos arrinconados en ese mismo lugar, mostrando no sólo la presencia humana, sino la capacidad de autodestruirnos simplemente con nuestra dejadez e irresponsabilidad.



Lo que es cierto es que en este viaje ha augmentado muchísimo nuestro amor por la naturaleza, nuestro respeto por lo que llaman la PACHA MAMA (madre tierra), y consecuentemente nuestra consciencia por el medio ambiente y la necesidad de extenderla, porque la falta de educación ambiental es tan visible como todos esos plásticos. En Latinoamérica abunda tanto la naturaleza como los desechos, aunque lamentablemente la balanza cada vez se decanta más por la segunda opción. Y quizás en Latinoamérica es mas visible, pero no nos olvidemos que en Europa, que tenemos buenos sistemas de reciclaje, también tenemos una gran producción de gases emitidos por las grandes empresas, y una cantidad de residuos que quizás no se ven, porque son gases, porque se esconden o porque se desplazan (por ejemplo en la famosa isla de plásticos) pero existen, así que la responsabilidad siempre es y será compartida. Y quizás no es casualidad que el país donde encontramos mayor biodiversidad es también aquel que invierte mas en ecología y medio ambiente, y aquel que no destina ni un centavo en gasto militar, porque no tiene ejército (Costa Rica).

Es evidente que de éste viaje nos llevamos muchos aprendizajes, algunos más técnicos y específicos aprendidos en los distintos voluntariados, como otros más generales sobre las relaciones interpersonales, sobre cómo habitar en el mundo causando el menor impacto posible o simplemente sobre cómo adaptarte constantemente a cada nuevo lugar y situación. Finalmente, otros dentro de nuestro ámbito que nos han aportado más experiencia en el complejo mundo de la educación social. Sobretodo, nos acordamos del proyecto en Guatemala y las buenas sensaciones que nos llevamos al finalizarlo junto la satisfacción de ver que aún perduran los resultados. No obstante, el viaje continua y los aprendizajes también, así que dejaremos esta reflexión general para más adelante y dedicarle lo que realmente se merece. 

A modo de final...cuantas veces nos habrán preguntado... ¿cuál es el lugar que más nos ha gustado? Imposible de contestar pues cada lugar es único, con sus virtudes y defectos, pero de cada uno de ellos nos llevamos lo mejor:

El humor y la autenticidad de la gente de Cuba


Los cenotes y la cultura maya en México


La bondad y perseverancia de la gente de Guatemala


La familiaridad y las pupusas del Salvador


Las conchas marinas y las puestas de sol de Nicaragua


La biodiversidad y conciencia medioambiental de Costa Rica


El descubrimiento de la permacultura y  las rutas bajo la lluvia en Panamá


El gran carnaval y la calidez de los pueblecitos de Colombia


Los volcanes y la hospitalidad de la gente de Ecuador


Los mejores ceviches y la cultura inca en Perú


La aventura en la selva y el increíble Salar de Bolivia


Los asados entre amigos y el arte de calle en Chile



¡¡¡GRACIAS por este regalo!!!

domingo, 2 de septiembre de 2018

UN PASEO POR CHILE: San Pedro Atacama, Pichilemu y Valparaíso


El tour de cuatro días desde Uyuni fue una verdadera pasada, pero nos dejó con ganas de un poco de confort después de tantos quilómetros de sal, viento, arena, frío y poca ducha. Así que los del mismo grupito que habíamos armado durante el camino, decidimos seguir juntos compartiendo habitación en un hostel cómodo para renovarnos y descansar al menos un día antes de conocer los alrededores de nuestro primer destino chileno.

SAN PEDRO DE ATACAMA

Poco después de cruzar el desierto boliviano de Solali y a unos 100 km de uno de los desiertos más áridos del mundo (Calama), se encuentra el pueblo de San Pedro de Atacama.

En un lugar tan inhóspito y seco, rodeado de desiertos por ambas partes, sorprendentemente hay uno de los pueblos mas activos de todo Chile, pues San Pedro es una parada obligatoria para muchos turistas, y es por ello que a pesar de ser un lugar muy seco y arcilloso, también es un nido de ambiente con gran variedad de comercios sobretodo centrados en una gran oferta gastronómica y, cómo no, en también en aquellos que ofrecen los mil y un tours que se pueden hacer en la zona.


La entrada al país marcó un cambio en nuestra trayectoria del viaje, primero con el estricto control de aduanas que a pesar de ser por tierra como tantos anteriores, ésta vez querían tener conocimiento de absolutamente todo lo que entraba al país. Y una vez en él seguimos encontrando cambios que se parecían más a nuestra estricta y ordenada Europa. Los rasgos de la gente, la formalidad en tratar con los clientes, la manera de interactuar... ¡Pero sobretodo los precios! Estaba claro que a partir de ahora disfrutaríamos de mayores comodidades pero también nos tocaría concentrarnos más para que no se derramara todo el presupuesto en una soplada de viento.

Así que empezamos por disfrutar de la comodidad y la buena compañía: Música, sol, tumbona, y juegos de cocinillas inaugurando la entrada al nuevo país. Felipe como buen chileno propuso un buen asado con choripán y vino tinto, y Diogo como buen brasileño nos preparó las mejores caipirinhas jamás imaginadas. Eso sí, el baño de piscina bien fría al día siguiente y una ensalada depurativa, fueron casi imprescindibles para reanimarnos y aprovechar el poco tiempo para conocer algunas de las tantas opciones que ofrecía la zona.















Valorando plan, tiempo y precios, pensamos que lo mejor era agarrar una bici para perdernos dentro de aquel laberinto de montañas de arcilla y conocer el aposento de la cultura atacameña, motivo por el cual se denomina la capital arqueológica del país.



Empezamos conociendo el Pukara de Quitor, unas ruinas de 200 estructuras situadas a la cordillera de sal, que cuentan haber sido lugar de asentamiento de la cultura Atacameña, una de las civilizaciones mas antiguas que remontan hasta 9000 años Antes de Cristo.


Después de visitar estas ruinas y contemplar las vistas que ofrecían desde su altura, volvimos a bajar para conocer la caverna del diablo y para dirigirnos hacia Catarpe, un valle de arcilla y cuarzo situado en una quebrada, nombrada Quebrada de Chulakao y vulgarmente conocida como Quebrada del Diablo.



El objetivo era aventurarse con la bicicleta a pasar por ese sorprendente valle creado de forma natural, por la erosión del viento y el agua, tratando de esquivar los pequeños obstáculos que ivan apareciendo entre curvas, cuevas y arena resbaladiza. Era fascinante pensar en como la naturaleza había moldeado la montaña de tal modo, construyendo ese paso de forma arbitraria como si quisiera que los humanos pasaran por allí.


Por último nos despedimos de ese paisaje de color tostado desde el Tambo inca donde pudimos ver como cambiaba el color de las montañas mientras el sol se iba escondiendo detrás nuestro.


PICHILEMU

A pesar de tantas opciones que había por ver en San Pedro, no podíamos quedarnos más tiempo allí, pues nos esperaba un intenso viaje de más de veinte horas, cruzando gran parte del país para llegar a nuestro siguiente destino.





Pichilemu es la cuna del surf de los Chilenos ya que tiene unas elegantes y largas olas para gozar de éste deporte tan predominante en las costas del Pacífico. Pero esta vez no era el mar lo que mas nos interesaba, pues teníamos un incentivo mayor en esta preciosa villa costera.

Resulta que hace ya mas de dos años que coincidimos con un peculiar viajero en las ruinas de Cambodia. Ese chico llevaba seis meses viajando y eso nos llamó mucho la atención, así que conversando mucho sobre ese tema, se despertó en nosotros un mayor interés por emprender un viaje de tal envergadura. Quién sabe, tal vez si no hubiéramos coincidido esos días en Siem Reap, y no hubiéramos puesto todas nuestras dudas encima de la mesa, quizás hoy nosotros dos no estaríamos aquí, viajando por otro continente, en otro hemisferio, en un océano distinto y en una fecha que ya ha cambiado sus tres apartados.

Lo que si es bien cierto es que a pesar de no pasar mas de dos días juntos, conectamos mucho con ese viajero que de algún modo provocó un impulso en nosotros. Y no podíamos pasar por su país sin reencontrarnos de nuevo...



Y allí nos esperaba en Pichilemu junto a su pareja Dani, tan maravillosa como él, para recibirnos con las mejores de sus sonrisas, ¡pero sobretodo con la más rica comida, ya sea una reineta al horno con verduras, un asadito, las mejores pizzas de Pichilemu, o los deliciosos dulces que prepara Dani! Y es cierto que Pichilemu es un pueblo muy bonito y digno de conocer, pero con un paseo por la playa teníamos suficiente si podíamos estar con ellos, conversando tanto como comiendo y esperando con ganas el próximo encuentro.



VALPARAÍSO



Tampoco podíamos irnos de Chile sin visitar Valparaíso, la ciudad del street art. Una ciudad costera que revive las miradas de sus visitantes con el colorido de las fachadas de sus casas extendida desde el cerro hasta el mar. No pudieron faltar los paseos recorriendo la ciudad, buscando los distintos murales que se encuentran al azar en algunas de sus paredes.









Y aparte de perdernos por el centro, no podíamos obviar el otro atractivo que se extendía en un costado. Caminamos por el paseo despidiéndonos del océano Pacífico, esta vez definitivamente, pues si algún día se daba nuestro reencuentro, seguro que sería muchos años más tarde.


En una de éstas que nos encontrábamos observando el mar, pudimos ver algunos movimientos extraños y cómo algunas sombras oscuras se acumulaban bajo el muelle.

¡Eran lobos marinos... Y de qué tamaño! La tarde nos pasó volando observando estos curiosos seres que al parecer buscaban la orilla de esta playa chilena para calentarse un poco. Teníamos delante un curioso cuadro animal con unos diez lobos disfrutando de un baño costero o de tomar el sol en la playa, un perro que trataba de limitar los territorios de ambos animales, custodiando su parte terrenal, y en el aire las protagonistas eran las decenas de gaviotas que esperaban en línea militar el momento oportuno para despegar el vuelo en busca de pescado fresco.


ADIÓS BOLIVIA


Al dibujar nuestra ruta antes de partir, teníamos claro que visitaríamos algunos destinos, o por lo menos algunos que nos gustaría visitar. Bolivia era un gran interrogante pues quedaba ya muy lejos de nuestra querida Cuba, y el tiempo y el dinero de lo que suponía todo el recorrido entremedio, no podía garantizar que conociéramos este otro gran país.

Conocíamos poco más aparte de que había una interesante historia minera de por medio, un curioso salar y grandes picos que han satisfecho los retos de más de uno de nuestros amigos y familiares. Por suerte, hemos podido descubrir por nosotros mismos lo que esconde éste país situado en el puro corazón de Sudamérica.




Para ello, empezamos recorriendo la zona norte a través de la selva. Sabíamos que era el país con mayor porcentaje de territorio en la cuenca amazónica, pero no servía de nada saberlo sin vivirlo. Por suerte conocimos a Valdemar, el encargado de hacernos vivir una de nuestras mejores experiencias del viaje. En este tramo pudimos comprobar un escenario con gran diversidad biológica expresado en rica flora y variada fauna. Allí entendimos el por que ocupa el número siete entre los países del mundo con mayor diversidad de aves y el once en variedad de mamíferos. Después de cuatro días recorriendo aquellos bosques, salimos con un amor inmenso por la selva pero, también con una cierta preocupación por lo que puede llegar a ocurrir si se continúan con determinados proyectos que amenazan a esta maravilla.

Por desgracia, cuando hay riqueza en un lugar aparecen los mayores depredadores, los seres humanos. La tala, el comercio de especies, la construcción desordenada y la minería informal son los grandes peligros para nuestro indefenso planeta que depende absolutamente de nuestra ética y moral. De allí, nos fuimos con varias cuestiones incrustadas en nuestra mente y que deseamos por encima de todo que el pueblo indígena sea capaz de resolver con la fuerza que siempre ha mostrado desde que son pueblo.


Después de conocer la zona Norte nos fuimos a la parte central. Antes de ello pasamos por la Paz, la segunda capital del país después de Sucre. En ella recordamos un poco el ajetreo de la polis, los ambientes hostiles y la riqueza cultural de la ciudad. También pudimos comprobar, a través del famoso teleférico, las "obras de Evo Morales", el polémico presidente que esta repitiendo candidatura pasando por encima de las leyes de la constitución. Nuestro breve paso por Bolivia no nos da derecho a opinar objetivamente sobre tal presidente, pero si nos da derecho a expresar las diferentes opiniones que fuimos recibiendo del país y reflexionar sobre lo vivido y visto. Para ello, aún nos quedaban días por delante y zonas totalmente diferentes de las que aprender.


Los siguientes días los destinamos a recorrer el Parque Nacional ToroToro, una región tipicamente montañosa con profundos cañones, valles y caídas de agua. El motivo que nos trajo allí, a parte de los buenos comentarios, fue conocer los vestigios de la historia, la arqueología y la cultura que nos acompaña desde los siglos de los siglos. Allí descubrimos una gran fortuna expresada en huellas de dinosaurio y cuevas milenarias habitadas por nuestros antepasados. Sin duda, dicho territorio nos abrió una puerta 3D a nuestro pasado. Pudimos ver, a través de nuestra imaginación, una gran película en donde lo más salvaje de nuestro planeta convivía en medio de un escenario hostil donde solo sobrevivía el más fuerte o el más inteligente, un lugar donde no había sitio para los más débiles.

De allí nos fuimos rumbo a Potosí, lugar intermedio con Uyuni (nuestro último destino) pero no por ello menos importante. Realmente, fue de los lugares que recordaremos toda nuestra vida por la intensa experiencia y profundo aprendizaje. Siempre tendremos presente el momento en el que terminamos el recorrido de las minas, ya en el bus, y nos miramos sin hablar pensando sobre lo que rodea el trabajo de los mineros. Esfuerzo, coraje, sacrificio y salud eran las palabras que salían de nuestras retinas y que se entendían sin expresarse por nuestra boca. Entrar allí y conocer la vida de los trabajadores del Cerro Rico nos produjo un sentimiento abismal de respeto y admiración hacia un oficio del que todos dependemos, pero que en nuestra opinión, no esta suficientemente valorado.



Finalmente, ya solo nos quedaba exprimir nuestro tiempo en el país por el Salar de Uyuni. Queríamos despedirnos con el mejor de los jugos que nos podía ofrecer Bolivia a nivel de naturaleza. Y si bien es cierto que la selva nos encantó, Uyuni no fue menos. Su peculiar y único edén no deja perplejo a cualquiera de que es una de las maravillas de nuestro planeta. Durante dos días estuvimos recorriendo esta carretera infinita al horizonte y comestible a cada paso. Nos percatamos de sus peculiaridades y gozamos de sus oportunidades a la hora de hacer las típicas fotografías de locura visual.

Fueron veinticinco los días que le destinamos a Bolivia, pocos pero suficientes para hacernos la idea de su riqueza y también su situación socio política. Vimos un país no acorde a la fortuna natural que dispone, seguramente fruto de la expropiación histórica que ha sufrido pero también por la gestión a mano de sus gobernantes y el estado crónico de revoluciones y guerras que sufrió durante el proceso posterior a su independencia. Si bien cierto es, que la democracia en el país no llegó hasta el 1980, ésta se caracterizó por una crisis económica profunda, originada por la caída de los precios internacionales del estaño, los ajustes internos destinados a pagar la inmensa deuda externa contraída en los gobiernos militares y la hiperinflación. Además, la difícil situación económica permitió el auge del narcotráfico por la producción ilegal de cocaína que tiene como principal destino los Estados Unidos. En todo el conjunto histórico del país, encontramos la respuesta este interrogante que nos hace preguntar el cómo es posible que un país tan rico en recursos naturales no disponga de una infraestructura acorde a ellos.

En medio de esta inestabilidad política y crisis económica que llegó hasta principios del siglo XXI, aparece el protagonista actual, Evo Morales. Su mandato se caracteriza por la puesta en marcha de políticas nacionalistas e indigenistas alineadas a las políticas de Hugo Chavez (Venezuela) y Fidel Castro (Cuba). Durante nuestro recorrido por el país pudimos percibir las discrepancias entre los ciudadanos. Por un lado, es cierto que Evo ayudó a estabilizar la economía del país con la industrialización, la nacionalización de las empresas, la defensa de la diversidad indígena, la mejora del nivel educativo y la revolución alimentaria. Por otro lado, hay que considerar la gran violación de los derechos indígenas con la concesión de la explotación de los recursos minerales, la falsa nacionalización de los hidrocarburos, una gran deuda con China para solucionar la crisis y finalmente, un alarmante crecimiento del narcotráfico que se traduce en inseguridad ciudadana. Entonces la pregunta que se nos biene es, hasta que punto se merece Evo continuar un mandato pasando por encima de las leyes? Es ético juzgar un político solo por las cosas buenas que ha hecho? Hay que aceptar a tal político solo por que en su día trató de hacer lo que todo político debería de hacer?

De Bolivia también nos llevamos en nuestra piel el profundo conflicto que arrastran alrededor del Pacífico. Ya desde que entramos, en muchas tertulias con los ciudadanos siempre salía de la boca dicho conflicto. Al perder su extensión de costa marítima conocida como Departamento del Litoral tras la Guerra del Pacífico, Bolivia ha mantenido históricamente como política de estado la reclamación territorial a Chile de una salida soberana al océano Pacífico. Evo, siempre ha sido la cabeza política que ha defendido lo que los bolivianos reclaman desde siempre, por ello, seguramente tantos ciudadanos lo defienden. El tema aun está por resolver, pero vivimos la esperanza que tienen en recuperar una parte de su historia que seguramente discrepa de motivos con los Chilenos.

Nos despedimos de Bolivia con ilusión de que algún día llegue a ser lo que se merece, de que prospere y crezca como país. Nos ha aportado muchas experiencias y nos llevamos de él grandes amistades. Si bien es cierto, que en general no hemos casado a la perfección con su introvertido y peculiar carácter, hemos conocido otras bellas personas que siempre estarán en nuestro corazón. Hasta siempre querida Bolivia!!