jueves, 13 de septiembre de 2018

GRACIAS POR TODO LATINOAMÉRICA



Con un profundo suspiro de nostalgia nos vamos de Santiago de Chile, dejando América Latina atrás para iniciar una nueva y trepidante ruta por el sud-este asiático. Pero a pesar de la ilusión del nuevo reto, no podemos obviar la tristeza que hay dentro de nosotros por dejar estas tierras que nos han recibido de la forma más grata para hacernos sentir realmente como en casa.

Cuba, México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile. Doce países que hemos recorrido en un año y medio tratando de explorar la mayor parte de sus tierras pero sobretodo con el objetivo de conocer la vida de las personas que viven en cada uno de esos lugares para CONVIVIR y sacar el máximo provecho de la experiencia.


Después de tanto tiempo, para nosotros ya no son doce destinos, para nosotros son como aquella imagen que queda al ver un rompecabezas completado. Varias piezas suficiente distintas entre ellas pero que al unirse configuran una única pieza donde se agrupan todas esas diversidades.

Seguramente esta sensación llega en motivo de que a pesar de que al cruzar cada frontera haya cambiado el clima, la moneda, los platos tradicionales, o los rasgos físicos, hay un patrón muy parecido en todos estos países que si bien cambia, depende más de las zonas (rurales, costeñas, selváticas, andinas o de ciudad) que del país en sí. Tratábamos de extrapolarlo a Europa y la respuesta era bien distinta pues allí las fronteras marcan muchísimo mas las diferencias culturales y de carácter, pero sobretodo en Europa las diferencias vienen muy marcadas por el idioma. Algo que es una riqueza increíble para la diversidad de identidades culturales, algunas veces también supone una barrera.

Y es que, a pesar de las muchísimas lenguas indígenas que por suerte todavía se preservan en América Latina, en todos los países por los que hemos pasado nos hemos podido entender, quizás por la única secuela positiva de la colonización: el castellano. Tenemos que reconocer que si no hubiéramos compartido idioma, nunca hubiéramos podido conectar tanto con las personas locales. También el carácter en algunas zonas era tan parecido que muchas veces nos sentíamos mas parecidos a los latinos que a otros europeos.

No se puede obviar que, a pesar de que ya hace más de 500 años, la colonización ha tenido grandes consecuencias en la América de hoy, más allá de la lengua. De hecho, muchas veces las raíces de aquella época son mas visibles en las culturas latinas que en las nuestras, se percibe fácilmente en algunas vestimentas como la de las "cholas" o sobretodo con la general inclinación hacia la religión católica.

Obviamente el tema de la colonización española ha sido un hilo de conversación que nos ha acompañado en todos los países por los que hemos pasado, pues todos ellos fueron víctimas de tal masacre. Y a pesar de nuestro mayor desprecio y vergüenza por lo que hicieron aquellos animales, las visiones al respecto desde el otro lado también han sido muy variadas. Desde gente que agradece (a pesar de los métodos) ese cambio antropológico para su cultura, entendiendo que la llegada de las carabelas también fue la llegada de muchas otras cosas, hasta otros pocos que nos hicieron sentir como si nosotros fuéramos esos colones que nunca hemos conocido ni tampoco apoyado. Muchas perspectivas de un largo y deshumanizado proceso donde la sed de poder y la avaricia de conquista terminaron brutalmente con la vida de muchas personas y donde la imposición de una lengua, una religión y unas costumbres terminaron con algunas de las culturas mas representativas de la historia de la humanidad. 

Lo que si es cierto es que hay un cruce de culturas en nuestra historia, y aunque no fue de la forma mas amigable, el producto de hoy día es una conexión humana que nos ha ofrecido grandes relaciones que no terminan sólo en esa despedida. Durante éste tiempo hemos conocido a muchísimas personas que nos han enseñado todo lo que han podido acerca de su forma de vida, personas que nos han abierto las puertas de su casa y que nos han hecho derramar mas de una lágrima después de despedirnos. A veces, lágrimas de agradecimiento por la simple emoción de haberlos conocido, y otras veces porque las circunstancias evidencian que lo mas probable es que no volvamos a abrazarnos jamás. Pero así fluyen las relaciones de un viaje como este, tan intensas como pasajeras y en las que tu gente de siempre está tan lejos, que la persona que tienes al lado se convierte en algo más que tu pareja, pues es también tu mejor amig@, tu madre, tu confesor@, tu enfermer@... Es la mano que te acompaña en la aventura y aquella que te levanta cuando hay algún tropiezo. Es tu espejo cuando tantas veces no encuentras uno y es el tintero con quien escribes esta historia.

Una de las cosas que admiramos del pueblo latino es su espíritu luchador, su afán de cambio y la movilización social para conseguirlo. Y cómo ese espíritu ha ido viajando también por esas tierras con una oleada de movimiento revolucionario que ha ido dejando huella a cada paso. Desde la revolución Cubana, los zapatistas en México, las CPR de Guatemala o la Nicaragua Sandinista... O grades líderes que hemos ido conociendo mas profundamente pero que sus nombres resuenan a nivel mundial como Simon Bolivar, Che Guevara, Fidel Castro, Sandino, Fujimori, Chávez, Maduro, Evo Morales... Líderes de un perfil bastante similar que, a nuestro pensar, han aparecido en los momentos más complicados de un país con afán de producir un gran cambio con una base sólida de ideas socialistas muy positivas pero que, algunas veces, ese cambio ha dado la vuelta y ha vuelto a dejar el pueblo desnudo, y también algunas veces, tal ropa se la ha quedado puesta el mismo líder.

La corrupción es jodidamente transversal en todos los lugares pero si que es cierto que juega diferentes cartas. Nosotros vivimos en un aparente "sistema de bienestar" que nos hace creer libres en una falsa democracia. En América latina el juego tiene más que ver con líderes que difunden una posición muy polarizada en sus pueblos, siempre encuentras a gente que está muy a favor, o gente que está muy en contra. Luego también hay un sector importante que no tiene mayor interés, o tal vez conocimiento, y que simplemente es víctima de la compra de votos, pues cuando no hay para comer, el pan de hoy quita la preocupación hasta mañana.

Otro factor que tiene en común todo Latinoamérica es la gran riqueza paisajística que encuentras y que no consigue cansarte porque cada uno de sus rincones son únicos: islas, cascadas, cenotes, playas de arena blanca, acantilados de roca, desiertos de dunas, desiertos áridos de tierra y desiertos de sal, selva, bosque húmedo y bosque seco, ríos, pozas y lagunas de todos los colores, montañas y volcanes, el paradisíaco mar caribe y el inmenso océano atlántico. Y sin olvidarnos de la gran cordillera de los Andes, con picos de más de seis mil metros, se extiende como la espina dorsal que atraviesa todo Sudamérica, acompañándonos en el viaje desde Colombia hasta Chile.



Y todo esta biodiversidad también incluye la multitud de especies que habitan en este territorio. Desde el ave más diminuta y colorida, el colibrí, un pájaro de colores brillantes que nos ha acompañado absolutamente por todos los países y que jamás veremos fuera del continente americano, hasta el cóndor, el enorme pájaro que recorre los cañones de los andes, pasando por los pelícanos muy frecuentados en las costas y despidiéndonos con los rosados flamencos en las lagunas mas altas de Bolivia. 


Cantidad de peces coloridos bailando entre variados corales y especies marinas que jamás habíamos visto, como ballenas, delfines orca, tortugas, lobos marinos o pingüinos! 


En tierra muchísimas especies de monos, los tiernos perezosos, mapaches y hasta algún armadillo. Y en el río cocodrilos, caimanes y aligatores, pirañas y capibaras!


Realmente un espectáculo natural que nos ha hipnotizado durante todo este tiempo aunque también nos ha dejado una astilla clavada por la pésima participación del hombre que es capaz de convertir el romance en drama. La huella humana es presente en su peor forma devastando poco a poco toda esta riqueza. Lugares increíbles que empiezan con un bello paisaje y terminan con un desguace de plásticos arrinconados en ese mismo lugar, mostrando no sólo la presencia humana, sino la capacidad de autodestruirnos simplemente con nuestra dejadez e irresponsabilidad.



Lo que es cierto es que en este viaje ha augmentado muchísimo nuestro amor por la naturaleza, nuestro respeto por lo que llaman la PACHA MAMA (madre tierra), y consecuentemente nuestra consciencia por el medio ambiente y la necesidad de extenderla, porque la falta de educación ambiental es tan visible como todos esos plásticos. En Latinoamérica abunda tanto la naturaleza como los desechos, aunque lamentablemente la balanza cada vez se decanta más por la segunda opción. Y quizás en Latinoamérica es mas visible, pero no nos olvidemos que en Europa, que tenemos buenos sistemas de reciclaje, también tenemos una gran producción de gases emitidos por las grandes empresas, y una cantidad de residuos que quizás no se ven, porque son gases, porque se esconden o porque se desplazan (por ejemplo en la famosa isla de plásticos) pero existen, así que la responsabilidad siempre es y será compartida. Y quizás no es casualidad que el país donde encontramos mayor biodiversidad es también aquel que invierte mas en ecología y medio ambiente, y aquel que no destina ni un centavo en gasto militar, porque no tiene ejército (Costa Rica).

Es evidente que de éste viaje nos llevamos muchos aprendizajes, algunos más técnicos y específicos aprendidos en los distintos voluntariados, como otros más generales sobre las relaciones interpersonales, sobre cómo habitar en el mundo causando el menor impacto posible o simplemente sobre cómo adaptarte constantemente a cada nuevo lugar y situación. Finalmente, otros dentro de nuestro ámbito que nos han aportado más experiencia en el complejo mundo de la educación social. Sobretodo, nos acordamos del proyecto en Guatemala y las buenas sensaciones que nos llevamos al finalizarlo junto la satisfacción de ver que aún perduran los resultados. No obstante, el viaje continua y los aprendizajes también, así que dejaremos esta reflexión general para más adelante y dedicarle lo que realmente se merece. 

A modo de final...cuantas veces nos habrán preguntado... ¿cuál es el lugar que más nos ha gustado? Imposible de contestar pues cada lugar es único, con sus virtudes y defectos, pero de cada uno de ellos nos llevamos lo mejor:

El humor y la autenticidad de la gente de Cuba


Los cenotes y la cultura maya en México


La bondad y perseverancia de la gente de Guatemala


La familiaridad y las pupusas del Salvador


Las conchas marinas y las puestas de sol de Nicaragua


La biodiversidad y conciencia medioambiental de Costa Rica


El descubrimiento de la permacultura y  las rutas bajo la lluvia en Panamá


El gran carnaval y la calidez de los pueblecitos de Colombia


Los volcanes y la hospitalidad de la gente de Ecuador


Los mejores ceviches y la cultura inca en Perú


La aventura en la selva y el increíble Salar de Bolivia


Los asados entre amigos y el arte de calle en Chile



¡¡¡GRACIAS por este regalo!!!

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