jueves, 10 de agosto de 2017

VALLADOLID











Después de una semana en Cancún visitando alguna de las playas más paradisíacas que habíamos visto, seguíamos todavía a medio gas, arrastrando nuestro débil y tormentoso estado de salud. Y a pesar de que cada día se habrían más puertas para seguir instalados en la ciudad y ver nuevas y atractivas cosas para "el día siguiente", finalmente decidimos cambiar de energías y marcharnos hacia otra ciudad cercana, esta vez de interior, para dejar atrás la burbuja turística caribeña de Cancún y así acercarnos más a lo que podía ser la realidad mejicana y su cultura maya. 

Valladolid nos recibió con los brazos abiertos para pasar cinco días bastante relajados aunque no por ello menos interesantes. Ésta ciudad con nombre español nos sorprendió por su elegancia pues nos volvieron los recuerdos cubanos de casas coloreadas y de esa combinación mágica entre tranquilidad y festividad. 

Ya desde nuestra llegada pudimos contemplar el arte mejicano, donde los artesanos revisten sus calles de increíbles trabajos a madera y piedra caliza con representaciones de la cultura maya. También tuvimos la oportunidad de participar en el día de la sostenibilidad, viendo un espectáculo musical sobre los personajes de Disney, interpretado por grandes artistas que por un momento olvidaron su etiqueta de "diversidad funcional" para convertirse en los protagonistas del escenario, rodeados de aplausos y sonrisas. 

Finalmente, no podemos pasar por alto los paseos por sus interminables calles, ya sea andando o en bicicleta, hasta llegar al parque principal y quedarnos asombrados por los bailes tradicionales que cada tarde consiguen crear un ambiente festivo en el mismo corazón de la ciudad. 



Muchas gracias Aura por recibirnos en tu casa de Valladolid



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