miércoles, 13 de diciembre de 2017

LAGUNA DE APOYO


El cráter que forma la laguna de Apoyo nació hace aproximadamente 23.000 años, después de una explosión que dejó un hoyo de 6 quilómetros de diámetro. Desde Catarina, un pueblito situado en la parte superior, pudimos contemplar su grandeza y su forma circular rodeada de un tupido bosque con un color azul oscuro en el medio parecido al de un océano más que al de un lago. Con nuestras mochilas en las espaldas nos aventuramos en hacer la bajada hacia la orilla. Un recorrido trepidante por un boscaje plagado de sonidos de animales que venían de sus centenarios árboles. Confiados de que íbamos por el camino correcto avanzábamos por aquel mágico sendero en el que nuestros sentidos intentaban captar continuamente cualquier sonido, olor o imagen. Durante unas dos horas estuvimos aguantando el equilibrio con nuestras pesadas mochilas por aquel camino bien inclinado y lleno de rocas medio sueltas, muchas de ellas resbaladizas debido a la gran humedad que existe en el anillo del cráter.




Poco a poco, por medio de las brechas que el denso bosque tenía, podíamos prever lo que nos esperaría abajo. Un lugar en el que contemplar las preciosas vistas de un cráter lleno de agua limpia y fresca al tiempo que te tomas una rica cerveza "Victoria" y te relajas leyendo, escribiendo, pintando o simplemente contemplando esta linda fotografía. Ésto es lo que hicimos durante estos cortos cuatro días, disfrutar de esta preciosidad y empaparnos de sus energías calmadas y relajadas mientras hacíamos aquello que nos gusta.






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