sábado, 4 de agosto de 2018

VINICUDA: Montaña de 7 colores


En la cordillera de los Andes, a los 5200 metros, se ubica Vinicunca o también conocida como Montaña de los siete colores. Dicho nombre tiene su origen en la composición mineralógica que tiene. El color rosado es por la arcilla roja; el blanquecino, por la arenisca cuarzosa y margas, ricos en carbonato de calcio; el rojo por el compuesto por las arcilitas (hierro); el verde se debe al compuesto de filitas y arcillas ricas en ferro magnesiano; el pardo terroso es producto de fanglomerado compuesto por roca con magnesio perteneciente a la era cuaternaria; y el color amarillo mostaza por las areniscas calcáreas ricas en minerales sulfurados.


La exposición de este conjunto de minerales le da a la montaña Vinicuda una peculiaridad única, un motivo para contemplarla y tratarla de manera singular. Conscientes de la riqueza que muestra, pero que a la vez esconde, los nativos de la zona han defendido con rudeza las presiones gubernamentales para explotarla y sacarle todo este tesoro interior. La presencia de ellos en todo el recorrido nos hizo ver la importancia de que permanezcan allí, protegiéndola de la explotación minera a la vez que la cuidan del turismo.



De ellos viven e ingresan una buena parte de su subsistencia, aunque la otra gran fuente tiene su origen en el ganado de alpacas y llamas que se pueden contemplar durante los primeros pasos de la travesía. Este animal autóctono de los Andes ya era utilizado por los incas, y actualmente continua acompañando la vida de sus descendientes.



Esta ruta antes de emprender el viaje hacia Puno, nos permitió conocer una de las montañas más peculiares nunca vistas junto a sus habitantes con vestimentas tradicionales y costumbres autóctonas. Sin duda, fue una bonita manera de despedirnos del departamento de Cusco.

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